lunes, 19 de julio de 2010

Hay pibes que patean las calles


*Por Esteban Santantino

// Hay pibes que patean las calles buscando… no me pregunten qué buscan, porque ni ellos mismo pueden saberlo. Lavan vidrios, abren puertas, piden monedas y esquivan los manotazos de los mozos para pedirte lo que te sobro en el plato. Hay otros que tienen un poco más de suerte… venden la revista el Ángel de Lata. Forman parte de una experiencia colectiva que se caga a trompadas con la profunda realidad que se muestra cada vez más indiferente.

Pero ésta vez leyendo la revista sucedió algo distinto: la trompada me pegó a mí. En nuestra ciudad existe desde el año 1998 el IRAR, Instituto de Rehabilitación del Adolescente de Rosario. Sin embargo, hay que ver que tanto tiene de “rehabilitador” este instituto.

En la nota central de la revista, puede leerse que “el IRAR se encuentra sobrepasado en su capacidad, con 61 jóvenes alojados en condiciones infrahumanas… Los chicos viven en la mugre, con baños que rebalsan, gran cantidad de tiempo encerrados en sus sectores (y) con poca compañía de adultos...” Así mismo, en la nota denuncian que “Reunidos con algunos jóvenes de distintos sectores en la sala de visita… (dos pibes) de 17 y 16 años nos relatan que estando esposados fueron golpeados por el personal del servicio penitenciario, mostrando las marcas visibles en la espalda, ambos tenían golpes también en la cabeza”.

Hace dos años que asumió un nuevo gobierno en Santa Fe y sin embargo los prometidos “buenos tiempos” no llegaron todavía al IRAR. El 23 de junio pasado, la Coordinadora de Trabajo Carcelario presentó un Informe sobre la situación en cárceles y comisarías de la provincia. En relación al IRAR, el informe expresa que “se observa un retroceso respecto de la gestión anterior, dado que durante estos años el Servicio Penitenciario ha ido avanzando en los espacios que antes eran ocupados por personal civil instalando los códigos carcelarios… Cada vez más encierro y menos actividades en un espacio sin luz solar, húmedo, con sanitarios tapados e higiene deficiente.”

Sin embargo no es este el primer informe que ha sido relevado durante la actual gestión, a fines de marzo del 2009 se informó sobre 24 casos que tuvieron lugar en tres meses, de agresiones, autolesiones y golpizas en el instituto. Estos hechos derivaron en atención e internación médica, lo que nos permite imaginar cuantos casos y cuantas situaciones de violencia institucional quedan invisibilizadas entre las húmedas paredes del IRAR.

En ese sentido el reciente informe expresa que la condición de los jóvenes se ha visto deteriorada a pesar de los pedidos de informes efectuados desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante una denuncia formulada por esa organización, por la sistemática violación de los derechos de estos jóvenes por el Estado Provincial.

Cuando Carlos del Frade habla de estos pibes, dice que “Son las víctimas del sistema que luego los convierte, a través de las distintas policías y los diferentes medios de comunicación, en los primeros acusados”. Qué posibilidad creen ustedes que tienen estos chicos de imaginar un futuro, de rescatarse después de tanta injustica. El discurso de la mano dura y de bajar la edad de imputabilidad de los menores, se comió la vida de estos pibes, que son el testimonio de una sociedad que decide ser indiferente al dolor.

El Ángel de Lata, con esa trompada certera, me enseñó algo muy valioso: “No se trata de aplicarles el rigor de la ley, se trata de explicarles la ley sin rigor”.

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