martes, 31 de agosto de 2010

Sexo, sangre e impunidad

*Por Esteban Santantino



Les pido cinco minutos, es el tiempo que lleva leer estas líneas, para que hablemos de cosas importantes. Para que hablemos de cosas que no están orientadas a descubrir quién miente más, si los oficialistas o los opositores. Hay un universo infinito de temas, hechos, historias y personas que no trascienden en la agenda mediática. Por ello les propongo, que desgarremos nuestros sentidos para compartir una historia muy cercana que está mucho más lejos de los titulares, de lo que debería estar.


El cuerpo de Sandra Cabrera, asesinada con un balazo en la nuca, cerca de la estación de ómnibus de la ciudad de Rosario, fue encontrado en la madrugada del 27 de enero del 2004. Sandra era la Secretaria General de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas - AMMAR, y entre sus actividades había iniciado una campaña contra el maltrato, las coimas y los abusos que sufrían por parte de la policía, las mujeres que trabajan en la prostitución. Sandra había recibido amenazas de muerte en muchas oportunidades y sin embargo decidió que su dignidad y las de sus compañeras era mucho más que las amenazas que recibía por parte de ratas en uniforme… Sandra no se equivocó, fuimos todos nosotros los que nos equivocamos.


Este año, la legislatura santafesina derogó los artículos del Código de Faltas de la provincia que criminalizaba el ejercicio de la prostitución en la vía pública. Decir que Sandra se alegra desde otra vida por este logro de las trabajadoras sexuales me parece de un cinismo insoportable, a ella la mataron, nadie fue preso y nunca se hizo justicia. Claro que no fue sólo ese grupo de policías mafiosos, que caminan libremente entre nosotros, los que la mataron. La matamos entre todos, permitiendo que una ley diga que ellas eran un delito, porque de esa manera se debían a los policías para poder trabajar. Un limitado mental del diario La Nación publicó “Vía libre a la prostitución en Santa Fe. La despenalización para la oferta sexual callejera ya fue aprobada por la Legislatura; a los vecinos les preocupa más la inseguridad.” Éste es el claro ejemplo de que la lucha de Sandra está muy lejos de haberse terminado.


Este mes se proyectó por primera vez el documental “Sexo, dignidad y muerte” que retoma los acontecimientos del crimen impune de Sandra Cabrera. Lucrecia Mastrángelo, su autora, afirma que su proyecto documental propone: Conocer el valor de su lucha. Aportar al esclarecimiento, difusión y búsqueda de la verdad. Generar una nueva imagen de las trabajadoras sexuales. Contribuir a través del arte a la restitución social. Desterrar antiguos prejuicios y actitudes discriminatorias acerca de las mujeres marginales, generando conciencia en distintos sectores. Hacer que el sujeto protagonista se apropie del medio de comunicación y lo utilice para expresar lo que siente revelando hechos de la vida cotidiana. Contribuir a través de su difusión, luego de las proyecciones, a generar debates sobre los Derechos Humanos y las libertades individuales.”


Todo esto, y mucho más, es Sandra Cabrera… y por todo esto y mucho más, se vuelve necesario que reivindiquemos, como sociedad, toda la nobleza de su legado. A modo de final abierto, quiero compartir con ustedes el poema que le escribió Carlos Arguello y que ha titulado: "A Sandra Cabrera".


Secretaria general de la ternura
Para cuidar estrellas lejanas, Y estas suyas
Las jóvenes mujeres Que caminan las siestas y las noches Por las calles
¿Trabajadoras sexuales orgullosas?
Que rechazan protección peajes y tributos
Trabajar ya es duro de esta forma
Poniéndole al cuerpo corazón Y al alma risas.
SANDRA estarás presente Día a día en nuestras luchas
En cada reclamo, en cada triunfo Cantaremos tu nombre luminoso
Y no podrás morir jamás
Los oscuros asesinos Ya se esconden
Porque saben que nuestra SANDRA VIVE

Y ESTA EN NOSOTRAS.




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