martes, 5 de octubre de 2010

CONFESIONES DE INVIERNO: a 35 años del adiós de Sui Generis

*Por Facundo Toscanini

Era la primavera de 1975 y el rock argentino producía un hecho histórico en torno a la separación de Sui Generis. Era la primera vez que un grupo de rock, por sí solo, llenaba el Luna Park.
El 21 de Septiembre de 1975, los jóvenes de aquella época intentaban celebrar la primavera que, como es cost ...umbre, tiraba sus flores, sus aromas, sus colores, pero.... no les era posible recibirlos con ese entusiasmo, con esa pasión que cada día del estudiante se le pone a la fiesta.

La persecución daba pasos muy firmes. Ser joven ya presumía un acto delictivo y desde las sombras de un gobierno emergía una fuerza cobarde y sanguinaria que bajo la sigla de tres letras A, daba los primeros pasos a una represión que se institucionalizaría en Marzo del año siguiente. Picnics por aquí, algún baile por allá, muchas preocupaciones e incertidumbres. Y para bajonearnos un poco más, dieciséis días antes, el 5 de Septiembre (hoy ya 35 años atrás), se había ido Sui Generis, luego de dos funciones multitudinarias en el Luna Park, que sumaron casi treinta mil personas.

Desde el 73 nos acompañaba el segundo trabajo propio de Sui Generis: “Confesiones de Invierno” y junto al tema que daba nombre al long play, Aprendizaje, Rasguña las piedras, Cuando ya me empiece a quedar solo, Bienvenidos al tren, Mr.Jones; le pusieron vestimenta de canción a un tiempo de vaivenes increíbles para la juventud argentina. Y ya en el 74, el tercer disco: “Pequeñas anécdotas sobre las instituciones”, soportando durante su grabación unas cuantas censuras previas.

Y lo dicho, ya en 1975, Nito y Charly que gozaban de una popularidad increíble sienten decrecer su propio entusiasmo por la banda y la despedida comienza a tener fecha. Aquel Septiembre de 1975 dijo adiós a un hecho musical irrepetible. Es que habrá muchas cosas mejores ó peores, que nos gusten más ó menos; pero cuando nuestros oídos, al menos los de un par de generaciones muy golpeadas, reciban el: “aprendí a ser formal y cortés...cortándome el pelo una vez por mes...” ó “me echó de su cuarto gritándome...no tienes profesión...” ó tal vez “detrás de las paredes que ayer se han levantado...te ruego que respires todavía...”; cuando eso nos llega a los oídos, sabemos que nada sonará igual. Y junto a un tiempo que fue tan duro como hermoso, tan lleno de ideologías y convicciones, de dolores y persecuciones, la música de Sui Generis, es el único fondo posible. 35 años atrás dijimos: “Adios Sui Generis” y de alguna manera fue una confesión. Una confesión de invierno, de primavera. De alguna manera comenzamos a quedarnos solos.

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