lunes, 12 de julio de 2010
Y los viejos...que se aguanten
*Por Esteban Santantino
// Aparentemente, nada tienen que decir los jubilados que cobran el mínimo y están por debajo de la línea de la pobreza en Argentina. Pareciera que el proyecto impulsado por un sector de la oposición no tiene nada que ver con ellos, sino que es "una jugada astuta con vistas a poner políticamente contra la pared al Gobierno, en medio de un ciclo electoral anticipado". Es imposible rebatir la verosimilitud de este planteo, cuando consideramos quiénes son los que deciden impulsar este proyecto sin explicar de dónde piensan que deberían salir los fondos.
En un principio no parece tan difícil el tema, quieren elevar las jubilaciones de los que en este momento están percibiendo 895 pesos, hasta 1230. Este sector representa el 72 por ciento de los trabajadores jubilados, lo que equivale a decir que, en Argentina, 3 de cada 4 jubilados, son pobres.
Entonces la jugada al grupo de conservadores demagógicos de derecha les tiene que salir mal, porque el gobierno progresista que ostenta los mayores índices de crecimiento económico sostenido de la historia contemporánea argentina, no debería tener problema en decir “está bien, vamos a sacar a los viejos de la inmunda pobreza en que los tenemos”. Pero, una vez más, vemos como la realidad se desdibuja de nuestra insistente esperanza en encontrar en ella coherencia y escuchamos a Néstor Kirchner decir que el 82% móvil para los haberes jubilatorios “es imposible de pagar” y que “con mucha seriedad, responsabilidad y respeto ojalá se pueda dar. Pero no me gusta jugar con nadie y eso es absolutamente imposible”.
Y ahí quedaron los viejos. Aguantando la pobreza mientras los de arriba se pelean. Los primeros proponiendo una mentira que les suena linda para la tribuna, y los segundos, denunciando esa mentira, pero sin proponer consecuentemente la solución a semejante estado de cosas.
No quiero ser obsecuente con ninguno de los dos bandos que, nos quieren hacer creer, son la expresión de la política argentina. Entonces viene bien que diputados como Martín Sabbatella, Carlos Heller y Jorge Rivas, del kirchnerista Bloque de diputados nacionales de Nuevo Encuentro Popular y Solidario, y por otro lado, diputados como Claudio Lozano del opositor Proyecto Sur, se pongan de acuerdo en primera medida, en la necesidad y la viabilidad del mencionado incremento de las jubilaciones, y luego puedan verse puntos en común sobre cómo se puede conseguir esa plata, entre ellos, restituir los aportes patronales a los niveles de 1993, avanzar sobre el trabajo en negro para ir reduciendo la persistente informalidad y, también, transformar la pirámide tributaria para terminar con los privilegios de los sectores más concentrados y más rentables de la economía argentina, como la especulación financiera, el juego y la minería, por nombrar algunos.
Mientras tanto, el fulbito de la dirigencia sigue girando entre la verborragia y la demagogia de quiénes deberían estar sentados, negociando y acordando la forma de sacarlos de la pobreza. Y los viejos… que se aguanten.
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