lunes, 20 de septiembre de 2010

Juventud, divino tesoro

*Por Facundo Toscanini



La Plata, invierno del '76. Como en años anteriores, los estudiantes secundarios luchan por una sentida reivindicación: el boleto escolar. Pero en el país impera el terrorismo de Estado, y la respuesta no puede ser más brutal. Arrancados de los brazos de sus padres, son secuestrados diez jóvenes por los hombres de Camps. Algunos luego recuperan la libertad y así es posible reconstruir los detalles del cautiverio y el horror a que fueron sometidos. Siete de ellos desaparecen.

Ciudad de Buenos Aires, a las puertas de la primavera de este 2010, estudiantes de distintos colegios porteños acordaron llevar en los próximos días una serie de tomas en distintas escuelas de la ciudad, como parte de un plan de lucha contra el vaciamiento de la escuela pública.

El jueves último, 16 de septiembre, se cumplieron 34 años de lo que se conoció como “la noche de los lápices”. Una parte de aquella gran noche de muertes y desapariciones instaurada aquel 24 de marzo de 1976 por la dictadura cívico - militar.

El presente de hoy, vuelve a ser de lucha. Y esta lucha es llevada adelante por pibes jóvenes, estudiantes. ¿No es emocionante haber descubierto estas reservas insurrectas en éstos adolescentes que muchos daban como desentendidos de toda implicancia política? ¿No es para festejar que exista vida rebelde entre nuestros pibes?

Claro que es para festejar. Y para cantar, junto con ellos. Y ud. se preguntará porque cantamos? Y bueno: Cantamos porque el niño y porque todo y
porque algún futuro y porque el pueblo.
Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros
muertos quieren que cantemos.

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